Cuan importante es el paso del tiempo para ir acopiando, en el invaluable arcón de la experiencia, los sucesos que templan el espíritu de un hombre.El sueño terminó, vamos a afrontar la realidad, dijo alguna vez, el insigne hijo de Liverpool. Nos estamos poniendo viejos. Para que carajo nos sirve la experiencia de infinitas noches al servicio del encare, si hoy no podemos ganarle ni al cuatro de copas.
Alguna vez escuche a alguien decir que la experiencia es un peine que la vida te da, cuando te quedaste pelado. Y es así. No tiene ningún tipo de vueltas.
Bueno, toda esta parafernalia, no es más que para hacer alusión a la velada que el viernes próximo pasado, nos convocó a la casa del perro. Su onomástico.
Cabe aclarar que la gastronomía no fue el punto principal de este evento. Del carré y el chateau pasamos al chorí; pero bueno la idea no era esa.
Lejos de caer en los burdos comentarios de rigor, que hacen alusión al incremento de edad y su relación inversamente proporcional a la potencia sexual, el presente artículo, no conlleva ningún otro objetivo que el de hacerle llegar al gran hermanazo, un abrazo en nombre de todos los integrantes de la Honorable Agrupación, de la que estoy seguro, se siente orgulloso de pertenecer.
Fabito.
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