Historia Delictiva

Según explicó en su teoría Cesare Lombroso, hay un tipo de hombre que, y de acuerdo a la fisonomía de su cráneo, es el arquetipo del delincuente.
Ya entrado en tema, Lombroso, sub divide a los delincuentes en varias categorías relacionadas con su mayor o menor asiduidad al delito.
El caso que nos ocupa podría encasillarse dentro del tipo de delincuente fino, de guante blanco, casi de cerebro de la banda…… hasta hoy.
Remontémonos en la historia:
Hace ya algunos años, este individuo comienza su carrera delictiva a la alta escuela. Con total desparpajo e impunidad ejerció, por mucho tiempo, ilegalmente la medicina. Quien no lo ha visto con su chaquetilla blanca y el estetoscopio colgado al cuello, entrar y salir de una importante clínica del norte de la ciudad a sabiendas que varias eran las materias que adeudaba para tener su título.
Con el tiempo y usando una cosilla llamada Internet (tesis.com) presento su (plagiada) tesis y pudo regularizar su situación.
Cuando todos creían que se habían acabado las épocas de transitar al margen de la ley, el ahora licenciado, formo una banda de dos personas (él y Papucho) y se dedicaron a robar materiales de construcción de varias obras de una vecina localidad, para erigir su propia clínica. Paralelamente, este verdadero Lucy Luciano de la Chicago argentina, fomento y practicó el juego ilegal en su propia morada y son varios los testigos que aseguran que entre sus planes estaba la trata de blancas (paraguayitas).
Hoy todo esto cambió. Este tipo dejó de lado el guante blanco, los delitos delicados y cual vulgar ladronzuelo de poca monta, ingresó a una propiedad privada sita en Pueblo Andino, sacó dos bolsas de arpillera del baúl de su auto, las llenó de leña y se alejo amparado por las primeras sombras de la noche.