TIEMPOS MODERNOS

Nada más que un fiel reflejo de la realidad, son las palabras que el ilustre Viejo posteo centímetros más abajo. Los tiempos cambian y la gente también. Nadie puede asegurar, hoy día, que un pasado de desenfrenados impulsos viriles nos garantice una vida entera de orgullosa hombría. Por lo menos en algunos de los integrantes de las reuniones de los lunes.
Gracias a díos y al gobernador, mis prolongadas estadías en la ciudad capital de la provincia, me impiden mirar canales como Gala 6, donde, y según me han contado, algunos parroquianos han sido vistos en verdes prados, con un hierro en la mano y en sugestivas y poco varoniles posiciones en donde ofrecen la colita a la cámara vaya a saber uno con que cochinas fantasías en sus locas, locas cabezitas.
Por otro lado, otro de los integrantes de la mesa, nacido a la vera del salado y acostumbrado a la dura vida del trabajo rural; que en sus años mozos ostentaba apodos como “CAZAPATO” o “EL TIGRE DEL SALADO”, se dedicó casi toda la velada del pasado lunes a justificar, y algunos dicen que hasta idolatrar, a un amigote de extraños y afeminados hábitos sexuales.
En fin, como dijo el genial Charles Chaplin: ESTOS SON LOS TIEMPOS MODERNOS.