Un caso sin precedentes se dio en la española ciudad de Málaga. Las autoridades están consternadas al no saber como calificar el hecho que tiene por lo menos tres hipótesis.
La primera habla de un claro caso de mala praxis médica, donde en lugar de succionar el tejido adiposo, se habría insuflado alguna sustancia de gran volumen en el abdomen del paciente.
La primera habla de un claro caso de mala praxis médica, donde en lugar de succionar el tejido adiposo, se habría insuflado alguna sustancia de gran volumen en el abdomen del paciente.
Dentro de las conjeturas de la segunda posibilidad, el paciente habría sido víctima de una lisa y llana estafa. Algunos investigadores creen que el paciente, una vez anestesiado, habría permanecido placidamente dormido en una camilla sin que se le realice la más mínima práctica quirúrgica.
Y la tercera, la más posible de todas, es que sí se le realizo la cirugía y verdaderamente se le succionaron entre ocho y diez kilos de grasa. Lo que nos lleva a la más exacta de todas las ciencias. La matemática. 140 Kgs. – 10 Kgs. = 130 Kgs.
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