
Si bien suponemos que entre la amplia filas de servidores del monasticismo católico en varios siglos de existencia, podría haber existido algún monje con inclinaciones antagonistas a las leyes naturales del género humano; no podemos afirmar a ciencia cierta que alguno haya sido comilón. Por el contrario, varios son los monjes que se caracterizaron por sus conductas altamente viriles y totalmente heterosexuales. Para destacar algunos ejemplos: San Jaque Agarrorompo, fue un monje que vivió allá por el siglo VII y literalmente hizo el siglo. Otro célebre monje que no tuvo la dicha de la canonización fue Tomás Amarriala; que tomó los votos de pobreza llevándolos al extremo y por ende no utilizaba ningún tipo de vestimenta. Como olvidarnos, en éste recuento del abad Benito Cámela, fundador de la orden portuguesa de los manoseiros. O del eminente Fray Guev Hon ; en cuyo honor y hasta hoy en día, se siguen elaborando las famosas bolas que más de un crítico come con fluidez.
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