Contacto



El Casino del Cape es básicamente un espacio real y virtual en donde un grupo de amigos, se reúnen a compartir la cena de todos los lunes desde hace más de 15 años. el lugar de reunión real es itinerante, es decir, va cambiando de lunes a lunes de acuerdo a la disponibilidad de locación de cada uno de los participantes de estas reuniones.

COMENTARIOS, PUTEADAS Y APRIETES a este correo por favor: elcasinodelcape@hotmail.com






lunes, mayo 11

En Especias

Vayamos con cautela. El tema es álgido y urticante. Pero antes de meternos en la historia tengamos en cuenta algunos atenuantes. Un muchacho solo, en un país lejano, con un océano de por medio, con algunas dificultades económicas, sin movilidad propia, con algunos kilitos de más y durmiendo en vaya a saber uno, que asquerosa pocilga.
Con este marco de situación, se entreteje una historia de poderes, autos alemanes, exclusivos departamentos, cirugías estéticas y algunos tintes de poca o nula masculinidad. O mejor dicho heterosexualidad.
Al parecer, el caritativo cirujano, no solo es el dueño de las galenas habilidades con el bisturí; sino que sería también el dueño del la Mercedes Kompresor y del exclusivo departamento del paquete barrió cerrado en el que habitaba nuestro amigo.
Como se llego a estas conclusiones?. Bueno. Por una parte, el tipo aduce haber vendido la cupé pero no trajo un peso (o euro). Claro está que justificó la situación con algunas deuditas que habrían quedado dando vuelta en la madre patria.
Por otra parte, el lujoso departamento que según nuestras averiguaciones, tendría un precio de alquiler cercano a los 1200 euros; le era alquilado al afortunado locatario, en algo así como “dame lo que puedas”.
Y por último, mientras todo el mundo económicamente dolarizado o eurizado, viaja a nuestro país para someterse a cirugías plásticas, aprovechando la ventaja del cambio monetario; el paciente en cuestión se opera en Europa.
Hay algo que los que lo conocemos hace años sabemos; pagar, no pagó por nada de estos lujos. Por lo menos con dinero.
Las conclusiones, mis amables lectores, son todas suyas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario