Otra vez caímos en la del Cape. En la jugada digo. Cuando ya estaba muerto lo dejamos revivir y el tipo no perdona.
Después de que parecía haber lanzado su último aliento económico en la banca y que los tempraneros de siempre se fueron con algunas migajas que al parecer le hacen la felicidad; el Cape resurgió de sus propias cenizas y certera y hasta arteramente me aniquiló a mi que con gran ilusión me había instalado en el incólume trono. Este repunte le dio el pié para retomar la conducción del juego y culminar su obra maestra. Nos mató.
Hoy por hoy estamos, junto a algunos compañeros de perdidas, evaluando la posibilidad de consultar con algún tipo de persona iniciada en las artes oscuras y procurar un conjuro que le quite al bien dotado crupier la fabulosa suerte que ostenta.
Uno no cree en las brujas, pero..............
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