El Flaco es un tipo con códigos de barrio. De pibe, su juguete más caro fue la pelota y la canchita de la vía, su lugar en el mundo. Los indescifrables caprichos del destino pusieron en sus manos un mazo de naipes muy particular. Mágico.
La virtud de éstos naipes era contestar, por si o por no a cualquier pregunta, según el color de una carta escogida. De ésta manera, una carta roja correspondía a una respuesta positiva, mientras que, una negra correspondía a un rotundo NO.
Claro está, que a la hora de preguntar había que tomar las precauciones necesarias para formular preguntas cuya respuesta se acotara a los simples monosílabos que correspondían al afirmativo o negativo.
Así, la infancia y adolescencia del Flaco pasaron entre banales preguntas donde no quedaba al margen las relacionadas a la suerte de su querida Lepra.
Cuando conoció a Silvana, y una noche que encendía un fuego para un asado, el Flaco le preguntó a los naipes si estaba frente a la mujer de su vida. Mezclo las cartas, las abanicó y sacó una. Se tomó una fracción de segundo, la miró y volvió a meterla en el mazo al que arrojó al fuego que comenzaba a arder con fuerza.
Años más tarde y ya casado; en los momentos más felices del matrimonio, como en las desventuras de los fugases enojos; el Flaco, respira hondo y murmura por lo bajo……………. Como son las cartas!!!!!!
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